Henri Alekan nació el 10 de febrero de 190. Alekan, que estudió en la Academia de Artes y Oficios y en el Instituto
de Óptica, tuvo su formación como cineasta en las bibliotecas. Las
revistas especializadas, al no existir escuelas de cine, brindaban el
conocimiento informal de un mundo que se ufanaba en convertir la noche
en día. Precisamente, esa fue la imagen que lo hizo abrazar la
profesión, fascinado por la iluminación al coincidir con una filmación
en Villefrance Sur Mer, en 1925. Entonces se habían suscitado
importantes avances que culminarían con la llegada del cine sonoro pocos
años después, pero el cine era un arte para iniciados y los primeros
operadores de cámara ocultaban celosamente los trucos de su oficio. Así,
el “maestro de la luz” aprovechaba los altos de filmación para conocer
cómo se cargaba la película y el mecanismo interior de la cámara cinematográfica.
Retrospectivamente, se puede considerar risueño que el reglamento de la
casa Pathé obligara a filmar a no menos de un metro setenta de altura; o
que el sol dictara las primeras horas de la jornada hasta que se hizo
presente la luz artificial. Técnica que hizo reflexionar a Luigi Pirandello en una obra tan olvidada como Alekan.
Se incio en el mundo del cine en 1929 como asistente de cámara y de iluminación, hasta que en 1936 se convirtió en director de fotografía con La vie est à nous, un film coral dirigido por ocho realizadores, entre ellos, Henri Cartier-Bresson y Jean Renoir. A lo largo de su carrera también trabajo con realizadores como, Jean Cocteau, Andre Cayatte, Julien Duvivier, Abel Gance, William Wyler, Jules Dassin, René Clement, Joseph Losey y Wim Wenders.
Nominado al óscar por “Vacaciones
en Roma” (película rodada también en blanco y negro en un tiempo donde
empezaba a imponerse el color) fue conocido y se le conoce como el “poeta de la luz”.
Hablando sobre la luz, hay una anécdota que tuvo lugar en el rodaje de
“La bella y la bestia” de Jean Cocteau. Cometió un error al montar un
escenario pensado para una escena nocturna, cuando en realidad se
trataba de un momento diurno. Algo que se salvó gracias al director el
cual cambió la frase del actor por “Mi noche no es la vuestra. Es de
noche en mí y de día en vos”. Y es que a veces, este tipo de fallos
pueden llevar a soluciones poéticas.
Finalmente murio el 15 de junio de 2001
Entre su filmografía destacan:
- La bella y la bestia (1946), de Jean Cocteau.
- Vacaciones en Roma (1953), de William Wyler, por cuyo trabajo fue nominado al Oscar.
- Topkapi (1964), de Jules Dassin.
- Mayerin (1968), de Terence Young.
- Sol rojo (1971),, de Terence Young.
- La caza humana (1970), de Joseph Losey.
- El cielo sobre Berlín (1987), de Wim Wenders.
En 1983 recibió un Óscar honorífico por toda su carrera.
Henri Alekan y "Las alas del deseo":
"Las alas del deseo" o "Cielo sobre Berlín", es una película rodada en en su totalidad en blanco y negro, trabajo que llevo a cabo el Df francés, Henri Alekan. Esta película cuenta la historia de un Berlín separado por el muro a través de dos
ángeles que sobrevuelan la ciudad, accediendo al corazón de los mortales
por medio de sus pensamientos. Para separar el punto de vista de los mortales, los humanos, del de ellos, Alekan decidió poner algunas escenas puntuales en color (vista de los humanos).
Esta película se comenzó a rodar con muy pocos diálogos, por lo que la imagen toma un papel importantísimo y la fotografía como tal es abrumadora y poética. De hecho hay planos fijos con fotogramas que nos
invitan a deleitarnos con encuadres de paisajes urbanos y árboles en
contrapicado que denotan una enorme sensibilidad por parte de Henri
Alekan.
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